Resumen
Resumen
En Colombia han ocurrido cambios en los sistemas electorales
en paralelo con las transformaciones de los sistemas
políticos de partido único o dominante; así,
desde 1958 hasta hoy como sistema cartelizado (Katz y
Mair)1 o colusivo (Bartolini)2. Durante un siglo, desde su fundación
orgánica e ideológica (en 1848-1849) hasta su
‘tratado’de paz en 1957, los partidos liberal y
conservador ejercieron el poder del Estado alternativamente por
periodos más o menos prolongados, es decir, lo adquirieron
y lo perdieron, según fuera el caso, mediante fuerza,
violencia o división interna del partido gobernante.
La credibilidad pública de las elecciones casi siempre
fue limitada en razón de los fraudes cometidos bajo todos
los regímenes o hegemonías, especialmente en los
últimos 140 años (1863-2002), pese a los esfuerzos
para impedirlos intentados por algunos gobiernos, en ciertos
momentos de la historia electoral desde los años veinte
del siglo XX. Sin embargo, a fin de procurar cierta
legitimación social (al menos ante los copartidarios), el
partido en el poder no se oponía a la celebración
de los comicios, los cuales se efectuaban bajo sistemas
electorales que favorecían a la dominación
unipartidaria . Estas dominaciones tanto en el régimen
autoritario de La Regeneración en 1885-1904, y en el
cuatrienio autoritario y violento de 1949-53 en otra
dimensión, bajo las hegemonías: (i) las liberales
de 1862-85 y 1934-45 o (ii) a las conservadoras (el reyismo de
1904-09 y la hegemonía de 1914-29).
Los sistemas electorales han contribuido en algún
grado a la formación de tres tipos de sistemas
político-partidarios, a saber:
- El de exclusión que favorece a los regímenes
de partido único (single party system) o
hegemónico, mediante la práctica del sistema
mayoritario simple con la forma de voto y de escrutinio
denominada “voto en bloque” (block vote), que le
permite a la facción o al partido mayoritario (de
mayoría simple o absoluta), en las circunscripciones en
las que se eligen dos o más puestos, obtener la totalidad
de los escaños en la respectiva
circunscripción.
- El de participación no proporcional del partido
minoritario o bajo dominación estatal en las corporaciones
públicas (1905-49): (a) con restricción o techo,
mediante el voto limitado o de lista abierta incompleta
con escrutinio nominativo y mayoritario simple en 1905-29; (b)
con proporcionalidad mediante la fórmula de Hare (1931-49)
adicionada con un umbral o cláusula de
exclusión de medio cociente (1937-49). Esta barrera
legal sirvió como refuerzo de la organización
unitaria de los partidos tradicionales, sin impedir la
participación de las grandes divisiones intrapartidarias
(por ejemplo, gaitanismo/oficialismo liberal en 1947-49;
laureanismo/ospinismo/alzatismo en los años cuarenta y
cincuenta).
- El de cartelización o colusión
bipartidista con tres formas de voto y de escrutinio: (a) voto
limitado (en este caso ‘paritario’) con
escrutinio separado o intrapartidario, de listas cerradas por
cociente y mayores restos en 1958-74; (b) de retorno al cociente
y mayores restos en 1974-90, y (c) de atomización de
partidos y de listas intrapartidarias, generado en las normas
constitucionales de 1991 por falta de un umbral o barrera legal,
que hubiera impedido el rampante aventurerismo electoral de las
llamadas microempresas electorales (1991-2002).
Como conclusión del presente informe, se propone una
reforma electoral, cuyo eje es el retorno al umbral
diferencial según tamaño de las circunscripciones,
en torno de equivalencias del medio cociente electoral (que
rigió en 1937-49 para circunscripciones departamentales),
y su análogo si se tratara de conservar la
circunscripción nacional para el senado (o para una
cámara única, si fuere el caso), o la
división del territorio en distritos electorales de igual
tamaño de población a fin de asegurar la
proporcionalidad.
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