An�lisis Estad�stico
An�lisis Estad�stico
Para poner a prueba esta hip�tesis es preciso establecer ante todo qu� constituye una crisis de gobernabilidad. El t�rmino se ha utilizado en forma difusa para referirse a diversos problemas: la imposibilidad del ejecutivo para lograr la cooperaci�n del legislativo o para instrumentar pol�ticas, la debilidad (y eventualmente ca�da) del gobierno, la inestabilidad del r�gimen democratico, etc. En verdad, podemos considerar la crisis de gobernabilidad como una variable capaz de alcanzar diferentes niveles de gravedad. El primer nivel es el de la "pol�tica normal": el presidente y la oposici�n deciden cooperar o confrontarse dependiendo de las circunstancias, pero siempre dentro de un marco de regularidad institucional (por lo que no existe una verdadera crisis). El segundo nivel se alcanza cuando uno de los poderes electos abiertamente cuestiona la legitimidad del otro y plantea su disoluci�n (por ejemplo, un juicio pol�tico contra el presidente o el cierre del congreso por parte del ejecutivo). El nivel tres implica que uno de los poderes electos encuentra una v�a constitucional para transformar su amenaza en realidad y efectivamente deponer al otro. Y finalmente, el m�ximo nivel de crisis institucional se alcanza cuando los militares intervienen directamente en el juego pol�tico para destituir al presidente, a los legisladores de la oposici�n, o a ambos. Estos cuatro niveles pueden considerarse conjuntamente como una escala de inestabilidad institucional.
La Tabla 2 indica en qu� medida los presidentes surgidos de cada elecci�n alcanzaron estos niveles de crisis. Algunos casos resultan dif�ciles de clasificar. Por ejemplo, aunque-como se ha mencionado anteriormente-el Presidente Pastrana propuso un referendo para disolver el congreso colombiano en 2000, nunca se mostr� abiertamente decidido a realizar este plan y la relaci�n con la oposici�n nunca escal� a un nivel de confrontaci�n abierta. Los datos suguiren que un 76% de los presidentes electos entre 1979 y 2002 transcurrieron su mandato en un contexto de "pol�tica normal", mientras que un nueve por ciento tuvo una confrontaci�n seria con la oposici�n y otro nueve por ciento eventualmente disolvi� el congreso o fue removido de su cargo. Solamente en el cinco por ciento restante de los casos los militares intervinieron abiertamente en el proceso.
Tabla 2 Propensi�n a la Crisis de Gobernabilidad en 76 Administraciones (1979-2002)
�ndice Frecuencia Porcentaje |
Frecuencia |
Porcentaje |
1 - Baja Propensi�n |
58 |
76.3 |
2 - Confrontaci�n |
7 |
9.2 |
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Ecuador, 1984, 87 |
Le�n Febres Cordero, PSC |
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Honduras, 1985 |
Roberto Suazo C�rdova, PLH |
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El Salvador, 1987 |
Jos� Napole�n Duarte, PDC |
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Ecuador, 1990 |
Rodrigo Borja, ID |
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Bolivia, 1990 |
Jaime Paz Zamora, MIR |
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Nicaragua, 1992 |
Violeta Chamorro, UNO |
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Colombia, 1996 |
Ernesto Samper, Liberal |
3 - Disoluci�n legal |
7 |
9.2 |
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Colombia, 1991 |
C�sar Gaviria, Liberal |
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Brasil, 1992 |
Fernando Collor, PRN |
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Venezuela, 1993 |
Carlos A. P�rez, AD |
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Ecuador, 1997 |
Abdal� Bucaram, PRE |
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Paraguay, 1999 |
Ra�l Cubas Grau, ANR |
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Venezuela, 1999 |
Hugo Ch�vez, Polo Patri�tico |
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Argentina, 2001 |
Fernando de la R�a, UCR |
4 - Intervenci�n Militar |
4 |
5.3 |
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Per�, 1992 |
Alberto Fujimori, Cambio 90 |
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Guatemala, 1993 |
Jorge Serrano, MAS |
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Ecuador, 2000 |
Jamil Mahuad Witt, DP |
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Venezuela, 2002 |
Hugo Ch�vez, MVR |
Total (media=1.43) |
76 |
100.0 |
Con el fin de verificar la hip�tesis esbozada m�s arriba, se desarrolla aqu� un modelo de regresi�n en el cual el �ndice de inestabilidad descripto (con un rango entre 1 y 4) constituye la variable dependiente y las administraciones surgidas de cada elecci�n (N=76), las unidades de an�lisis. De acuerdo con la discusi�n previa, las variables independientes en el modelo son:
- La reversi�n del resultado (codificada como 1 si el presidente electo en la segunda vuelta fue derrotado en la primera, y 0 para todos los dem�s). Para distinguir este efecto de otras caracter�sticas del sistema de doble vuelta, se introducen adem�s como variables de control la presencia o ausencia del sistema de balotaje (por contraposici�n a sistemas de mayor�a simple o de segunda vuelta indirecta) y la realizaci�n de una segunda vuelta electoral. Ambas variables son codificadas como "dummies".
- La institucionalizaci�n del sistema de partidos. Para medir esta variable se utiliza la edad promedio (medida en a�os) de los partidos que alcanzan el primer y segundo lugar en la elecci�n presidencial. Resulta razonable suponer que los partidos con mayor antig�edad son m�s institucionalizados, pero no que esta relaci�n es lineal. Por ejemplo, la diferencia en t�rminos de institucionalizaci�n entre un partido reci�n fundado y otro con diez a�os de vida (que ya ha sobrevivido un par de elecciones) es mayor a la existente entre un partido tradicional de 90 a�os y otro de 100 (que responden a or�genes hist�ricos similares). Para resolver este problema, se utiliza el logaritmo natural de la edad medida en a�os como indicador de institucionalizaci�n.
- La fragmentaci�n del sistema de partidos. Los problemas de gobernabilidad pueden deberse a la fragmentaci�n del sistema de partidos tanto como a su institucionalizaci�n hist�rica. Con un n�mero de partidos demasiado elevado, el presidente rara vez consigue una mayor�a propia en el congreso. La fragmentaci�n del sistema se mide aqu� a trav�s del �ndice de Laakso y Taagepera (N�mero Efectivo de Partidos) para la composici�n de la c�mara baja inmediatamente despu�s de la elecci�n presidencial. Por motivos similares a los expuestos en el p�rrafo anterior (el cambio cualitativo en t�rminos de fragmentaci�n es presumiblemente mayor cuando un sistema pasa de 2 a 4 partidos que cuando pasa de 8 a 10), se utiliza el logaritmo natural del n�mero efectivo como indicador (aunque los resultados del an�lisis no cambian si se emplea directamente el valor de Laakso-Taagepera).
- El predominio electoral. Dado que el objetivo de la segunda vuelta es justamente incrementar el margen de victoria del ganador, y que un margen m�s amplio se identifica con una mayor legitimidad y gobernabilidad, es importante controlar por el efecto de esta variable. Al mismo tiempo, Conley (2001) y Stokes (2001) han demostrado que los presidentes se sienten m�s fuertes e inclinados a reclamar "mandatos" o proponer reformas econ�micas cuando ganan por un margen mayor de votos. Esta actitud podr�a constituir una fuente de conflictos institucionales y parad�jicamente erosionar la gobernabilidad. El margen de victoria se mide como el porcentaje de votos del candidato ganador menos el porcentaje obtenido por el segundo candidato en aquella vuelta que define la elecci�n.
- Elecci�n reciente. Dado que las crisis de gobernabilidad presumiblemente toman cierto tiempo para incubarse es posible que algunos presidentes electos en a�os recientes (digamos, en el per�odo 2000-2002) todav�a no hayan confrontado una crisis simplemente por falta de tiempo. Se utiliza una variable dicot�mica para controlar por este factor.
La Tabla 3 muestra los resultados del an�lisis estad�stico (ecuaci�n de m�nimos cuadrados). El primer modelo sugiere que el sistema de balotaje por s� mismo no constituye una fuente de inestabilidad (m�s bien al contrario) pero la reversi�n del resultado aumenta significativamente la tendencia a la crisis de gobernabilidad. La institucionalizaci�n de los partidos pol�ticos es, al mismo tiempo, un factor fundamental para reducir la inestabilidad del sistema, mientras que la fragmentaci�n partidaria y el margen de victoria, contrariamente a las expectativas, no muestran una relaci�n significativa con los niveles de gobernabilidad. El segundo modelo ajusta los coeficientes al permitir un efecto diferenciado de la institucionalizaci�n partidaria para aquellos casos en los que se produce la reversi�n del resultado inicial. El coeficiente para el t�rmino interactivo (edad*reversi�n) tiende a confirmar la hip�tesis esbozada inicialmente: el efecto desestabilizador de la reversi�n del resultado se ve compensado por un sistema de partidos altamente institucionalizado, independientemente de los efectos favorables producidos la institucionalizci�n partidaria bajo cualquier sistema electoral.
Tabla 3 Efectos de la Reversi�n del Resultado sobre la Gobernabilidad
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1 |
2 |
Variable |
Coeficiente |
Error Est�ndar |
Coeficiente |
Error Est�ndar |
La variable dependiente es el �ndice de inestabilidad con un rango de 1 a 4 (Tabla 2).
Edad y n�mero de partidos: logaritmo natural del valor.
* Significativo al 10%; ** al 5%, *** al 1% |
Sistema de Balotaje |
-0.484** |
0.224 |
-0.397* |
0.218 |
Segunda Vuelta | 0.435 | 0.271 | 0.444* | 0.260 |
Reversi�n del Resultado | 0.766** | 0.347 | 2.336*** | 0.695 |
Edad Promedio de los Partidos | -0.407*** | 0.095 | -0.321*** | 0.097 |
N�mero Efectivo de Partidos | -0.071 | 0.287 | -0.155 | 0.278 |
Margen de victoria | -0.006 | 0.008 | -0.009 | 0.008 |
Elecci�n posterior a 1999 | 0.103 | 0.297 | 0.086 | 0.286 |
Edad*Reversi�n | | | -0.513** | 0.199 |
Constante | 2.994*** | 0.581 | 2.804*** | 0.563 |
R2 | .340 | | .400 | |
N | 76 | | 76 | |
Para ilustrar los efectos sustantivos de la reversi�n, la Figura 2 representa la distribuci�n de los 76 casos (presidentes electos), junto con las tendencias estimadas en el Modelo 2. La l�nea delgada representa el nivel esperado de inestabilidad para un hipot�tico presidente electo en segunda vuelta que no ha sufrido la reversion del resultado inicial, mientras que la l�nea gris indica la predicci�n tras elecciones que han sufrido una reversi�n del resultado. Con partidos hist�ricamente arraigados, el resultado de la segunda vuelta virtualmente no hace diferencia, pero con partidos poco institucionalizados, resulta fundamental.
Figura 2 Efectos de la Reversi�n del Resultado sobre la Gobernabilidad (Modelo de M�nimos Cuadrados)
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