"En Nicaragua hay un partido inmenso que es el antisandinismo"
Entrevista al Vicepresidente de Nicaragua Jos� Rizo Castell�n [29 de Mayo de 2003]
El partido de gobierno hoy atraviesa una crisis interna bastante importante. �Cuáles son los motivos que no les permiten a sus dirigentes ponerse de acuerdo?
El partido Liberal Constitucionalista (PLC) es el partido en el poder, el mismo que nos escogió como candidatos al presidente Bolaños y a mi. Sin embargo, la bancada liberal ha tenido en la Asamblea serias diferencias con el Poder Ejecutivo, razón por la cual se ha declarado un partido en oposición al gobierno.
Considero que hay algo de incongruencia en esta actitud porque no pueden ser opositores a los mandatarios que ellos eligieron. No obstante, como yo he desempeñado y he tenido una larga carrera partidaria, donde he ocupado las posiciones de delegado, secretario general, tesorero, presidente y presidente honorario del partido, el PLC es el lugar donde he depositado todos mis esfuerzos. En consecuencia, creo que esto es un asunto de comunicación y que puedo perfectamente contribuir a tender los puentes. Pienso que no es momento, en las circunstancias de Nicaragua, de dinamitar los puentes de comunicación sino, por el contrario, debemos tenderlos permanentemente.
�Cuánto influyó en el resultado electoral la insatisfacción que existía con la gestión del ex presidente Arnoldo Alemán?
Alemán es parte del PLC. Creo que lo que favoreció a nuestro triunfo fue la alta participación ciudadana. No olvidemos que fueron unas elecciones que se desarrollaron con un dato inédito y digno de ser reconocido, y es que sin existir el voto obligatorio en Nicaragua, la participación fue de un 94%. Es decir, hubo sólo un 6% de abstención en un voto absolutamente libre y voluntario.
Considero que lo que cohesionó siempre el voto es, en primer lugar, la oferta electoral que se hizo a la población desde nuestra plataforma de gobierno.
Además, yo sostengo que en Nicaragua hay un partido inmenso, que no está configurado como tal, que es el partido del antisandinismo. Nuestro país padeció durante 11 años las consecuencias de un régimen totalitario que no respetó absolutamente las más mínimas libertades ni los derechos humanos, y eso, definitivamente, en la memoria de la población nicarag�ense no se ha borrado.
�Cómo está hoy la situación judicial de Alemán?
El ex presidente Alemán está sometido a un proceso judicial, tiene arresto domiciliario y se le han imputado graves cargos.
Evidentemente, como Vicepresidente, y tal vez por mi formación jurídica, yo prefiero no opinar específicamente sobre su caso porque creo en la separación de los poderes del Estado y él está sometido a un proceso que no ha culminado todavía y que aún no tiene una sentencia firme.
En consecuencia, solamente puedo destacar los hechos y manifestar que deseo que el Poder Judicial actúe con las garantías de un proceso debido, como lo debe hacer para cualquier ciudadano nicarag�ense, porque entiendo -como lo entiende el presidente Bolaños y debemos entenderlo todos- que nadie puede estar por encima de la ley.
Lo que me dice acerca de la participación electoral es muy interesante, justamente porque en muchos países de la región se viene dando lo contrario. En un país como Nicaragua, al que le cuestionan la politización del Concejo Supremo Electoral, esto es llamativo...
Considero que al Concejo Supremo Electoral, que a diferencia de muchos países del mundo es un poder del Estado, más que despolitizarlo hay que despartidarizarlo, porque la política es inherente a toda persona que participa en la función pública. Lo que no es aconsejable y no es bueno para la democracia que está sometida a grandes desafíos, es el acceso únicamente por razones partidarias, y peor aún, las resoluciones con color partidario.
Pienso que la democracia -y por eso mencionaba lo de la participación de la ciudadanía- tiene un reto enorme en nuestros países. No hay democracia sin votación, evidentemente.
Ahora bien, si la democracia no da respuesta a los problemas cotidianos de nuestros ciudadanos, entonces la población tiende a desencantarse y empieza a ver que la democracia no le resuelve sus problemas y siente que no es participando de las elecciones cada 4 ó 5 años que se mejoran sus condiciones de vida. Ese es el gran desafío que tenemos: lograr tener democracias efectivas, representativas y participativas.
Una de las banderas más fuertes que enarboló el presidente Bolaños durante su campaña tenía que ver con la lucha contra la corrupción. �Han logrado avanzar en ese aspecto?
Hace unos instantes hablábamos de la partidización del Poder Electoral. Lo mismo ocurre con el Poder Judicial. Creo que esa fue una bandera que enarbolamos en nuestra campaña de luchar contra la corrupción, que es un flagelo no exclusivo de Nicaragua -porque desafortunadamente lo es en todos nuestros países- y que tristemente existe una relación directa entre pobreza y corrupción. Y a mi juicio, si la corrupción se da en países pobres, es un agravante.
Evidentemente, eso motivó al presidente Bolaños a iniciar procesos que llevaron, por ejemplo, al ex presidente Alemán a estar bajo arresto domiciliario, a tener un grupo de altos funcionarios de Estado que han huido del país, pero ese era un compromiso con la población y el aspecto de Justicia no puede admitir transacción alguna. En ese sentido debemos ir hasta el final y eso es lo que sostiene a la población.
Si bien es cierto que continuamos con serios problemas económicos, por lo menos la vocación de sanear lo que significa el manejo de la cosa pública, da a la ciudadanía esperanza de que podemos caminar por un mejor rumbo en los años venideros.
Nicaragua atraviesa una situación económica y social muy difícil. �Cuáles son los índices de pobreza, indigencia, desocupación, crecimiento...?
Nuestra economía está en verdad flagelada. Digo esto porque el país hace 20 ó 25 años iba a la cabeza en crecimiento en Centroamérica, y hoy se ha revertido la circunstancia y nos encontramos prácticamente con los niveles de pobreza sólo superados por Haití.
Esto tiene que servir como una lección para el pueblo latinoamericano ya que se debe a las acciones de un mal gobierno que destruyó absolutamente el aparato de producción del país y que destruyó, lo que es más grave, los valores ético, morales y culturales de nuestra nación. Nicaragua no es pobre, pero está empobrecida.
La economía del país depende de productos primarios (o productos de sobremesa: café, azúcar, tabaco) y tenemos conciencia que ello no nos sacará de la pobreza. Pero tampoco podemos despegarnos de esas actividades porque son inherentes a nuestra cultura. Con eso crecimos.
Tenemos que buscar poco a poco los proyectos que Nicaragua ofrece, por ejemplo con la geografía: es el país que ofrece mejores condiciones para un canal interoceánico o un canal seco o un canal de ferrocarril que pueda unir el Mar Caribe con el Pacífico, teniendo a dos horas de distancia por avión el principal mercado del mundo como lo es Estados Unidos. Eso puede servir también para desarrollar el turismo que tiene grandes potenciales.
Hoy por hoy, a pesar de las dificultades económicas y de la crisis internacional que a afectado a tantos países, lo principal es que hay voluntad, tenemos un crecimiento mínimo y, definitivamente, queremos buscar alternativas en Nicaragua.
Tenemos una inflación controlada y después del caos y el desorden en que se encontró el asunto de las finanzas públicas, a través de una ley de equidad fiscal hemos tratado de poner orden a la casa. Y eso es doloroso para la población, pero es necesario.
�Es real esta percepción que tenemos los sudamericanos de que Nicaragua está más cerca de los Estados Unidos que de los demás países latinoamericanos?
No es que Nicaragua esté más cerca de los Estados Unidos. Creo que América Latina tiene acercarse a Estados Unidos y viceversa.
A los vecinos no los escogemos, pero sí podemos escoger a nuestros amigos. Estados Unidos es el poderoso vecino de América Latina y eso es incuestionable. Y además puede servir a nuestra región.
Siguiendo con el tema de las relaciones exteriores de Nicaragua, quisiera saber cuál es su balance de la Cumbre del Grupo de Río tanto en los temas económicos como en los aspectos de seguridad.
Creo que las resoluciones que se dieron en el Grupo de Río fueron muy importantes. Por primera vez se percibe una vocación integradora de los países latinoamericanos y Nicaragua hace parte, y eso nos obliga a hacer planteamientos innovadores como los que surgieron en la Cumbre y que giran también en torno a la situación económica de nuestro país.
En cuanto a la seguridad, nosotros siempre planteamos el término de "seguridad democrática". No podemos olvidar que, por primera vez en la historia, todo este continente latinoamericano tiene regímenes democráticos y electoralmente aceptables, cuando tenemos una tradición de dictaduras y de gobiernos de facto que en realidad nos sonrojan de nuestra historia.
Creo que hoy debemos aprovechar estas circunstancias donde todos tenemos un mandato popular para concertar acciones como las que se dieron en el Grupo de Río.
Considero que a Colombia se le está brindando el apoyo porque de continuar circunstancias dolorosas como las que atraviesa ese país, el tema se convertirá en una amenaza para el resto del continente.
�Hablaron en la Cumbre del Grupo de Río acerca de ciertos resurgimientos de grupos subversivos en algunos países, por ejemplo en Perú, o de la extensión concreta del conflicto colombiano a los países vecinos?
Pienso que la violencia, al igual que la corrupción, es contagiosa. Eso produce una metástasis en nuestro pueblo. Y lo que padece Colombia con su guerrilla, irradia, en cierta manera en sus países vecinos. Si a eso le agregamos el componente de la droga, las circunstancias se agravan.
Nicaragua brindó un apoyo decidido a esa iniciativa que surgió del gobierno del Ecuador, por cuanto nuestro país ha padecido también el aspecto de la guerrilla y sabemos lo que significa la violencia, independiente de su signo o ubicación geográfica. Hay que comprender que las víctimas finales son nuestras poblaciones y el estancamiento al desarrollo económico y crecimiento que producen en nuestros países. Creo que este continente no puede esperar más tiempo. Tenemos que acelerar las cosas para provocar profundos cambios y erradicar la violencia.
Brasil aparece posicionándose, poco a poco, como el país que liderará el Cono Sur. �Cuál es la percepción de Nicaragua respecto a la posición de Brasil en el continente?
La situación de Brasil no se puede disociar de la figura del presidente Lula, que en muchos pobladores latinoamericanos despertaba cierta reserva cuando iniciaba su campaña, pero las medidas tomadas en ese país inmenso son de un realismo político extraordinario, y creo que hoy juega un papel determinante.
Estimo que ha habido tal vez una lejanía en la conceptualización de políticas de Sudamérica con Centroamérica. Pero eso tiende a revertirse porque, por primera vez, al igual que se percibe esta decisión integracionista en el continente, ya los centroamericanos estamos dando pasos enormes: en estos últimos 18 meses se ha avanzado muchísimo más en la integración centroamericana que en lo que se había hecho en los diez años anteriores. Tenemos conciencia, todos los centroamericanos, que la única manera de poder incidir es si estamos unidos, si nos convertimos en un mercado de 35 millones de habitantes y con fuerza, y sabemos que individualmente no podemos funcionar como cinco parcelas divididas.
Entrevista de Norma Domínguez
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