III. Observaci�n Electoral Nacional: Una breve y rica historia
III. Observación Electoral Nacional: Una breve y rica historia
Es probable que la observación nacional de elecciones comenzara simultáneamente con la introducción de elecciones competitivas. La presencia de fiscales o representantes de los partidos políticos es común en todos
los países con tradición democrática, aún en casos de instituciones electorales consolidadas y que gozan de confianza. Las razones para su participación van más allá de la evaluación del proceso
electoral. Los representantes de los partidos sirven para evitar manipulaciones, para mostrar a los votantes la capacidad organizacional del partido, y para proveer a los partidos con información sobre la participación de los votantes y los
resultados electorales. Otra presencia usual es la de los periodistas, que desarrollan actividades semejantes a las de los observadores, como por ejemplo la investigación de casos de manipulación o el desarrollo de encuestas de diverso
tipo. A pesar de la importancia y número de representantes de partidos y de la prensa, no se las discutirá aquí. El tema de interés en relación al tema del artículo es el surgimiento, en muchos países, de
un nuevo tipo de observador: las organizaciones nacionales no partidarias de observación electoral.
Uno de los primeros ejemplos de observación electoral nacional es el del Movimiento Nacional de Ciudadanos por Elecciones Libres (conocido por NAMFREL, según la sigla inglesa) en las elecciones presidenciales de 1986 en Filipinas. Tanto
la escala como el impacto del esfuerzo de esa observación son destacables. NAMFREL reclutó, entrenó y desplegó a aproximadamente 500,000 voluntarios para observar lugares de votación en todo el archipiélago
filipino durante la jornada electoral. Su informe contradijo a los resultados oficiales que daban la victoria al Presidente Ferdinando Marcos y puso en marcha una serie de protestas que concluyeron con el exilio de Marcos tres semanas después de
la elección. Otro ejemplo temprano, en América Latina, fué la observación del plebiscito chileno de octubre de 1988. La difusión por parte de los observadores de dos proyecciones independientes de resultados, basadas en
adecuadas muestras (conteos rápidos) ayudaron a convencer al gobierno a reconocer su derrota. Otro ejemplo en la región fueron las elecciones panameñas de 1989, en las cuales la información recogida y los resultados
proyectados por un grupo independiente de observación permitió al Presidente Carter denunciar el fraude llevado a cabo por el gobierno del Presidente Manuel Noriega.
También se desarrollaron grupos de observación nacional en Europa Oriental y en África, luego de la disolución de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría. Los grupos nacionales de
observación tuvieron un papel destacado en Albania (Sociedad para Elecciones Libres y Cultura Democrática); Bulgaria (Asociación Búlgara para Elecciones Equitativas) y Rumania (Asociación Pro Democracia). En
África pueden también encontrarse grupos nacionales de observación en Benín (Grupo de Investigaciones y Estudios sobre el Desarrollo Económico y Social); Burundi (Grupo de Observadores Independientes); Kenya (Unidad
Nacional de Observación Electoral); Malawi (Comité de Asuntos Públicos); Namibia (Consejo de Iglesias) y Zambia (Comité de Coordinación de la Observación Electoral en Zambia).
En prácticamente ningún caso los observadores tienen autoridad para intervenir en caso de detectar irregularidades. Pueden transmitir información a las autoridades electorales y denunciarlas públicamente si no toman
acciones correctivas, pero su capacidad de corregir limitaciones se limita a la autoridad moral que puedan tener. Una excepción es Sudáfrica, donde la Comisión Electoral Independiente creó una Dirección con la
función exclusiva de monitorear y evaluar las elecciones de 1994. Los monitores de esa Dirección, reclutados en su mayor parte de organizaciones no gubernamentales, podían investigar violaciones al Código de Conducta o a los
procedimientos establecidos y tenían algun grado de autoridad para corregir esas violaciones.
El Instituto Nacional Democráta (conocido como NDI, según su sigla inglesa) ha sido especialmente instrumental en su apoyo a la organización e implementación de grupos de observación nacional. Muchas de las
operaciones mencionadas en los párrafos previos han contado con su cooperación. El NDI también trabaja con frecuencia con partidos políticos y ha publicado recientemente un manual titulado: "Como observan las elecciones las
organizaciones domésticas: una guía de A a Z."
En la mayor parte de los casos, los observadores nacionales son de carácter opositor, y esa puede ser su principal limitación. Pero han probado con frecuencia su imparcialidad al ayudar a un gobierno ganador a reclamar la legitimidad de
su victoria. Un caso conocido es el de la confirmación de la victoria del partido de gobierno en Bulgaria por parte de la Asociación Búlgara para Elecciones Equitativas. Por otra parte, los observadores demasiado cercanos al gobierno
suelen despertar sospechas, ya que no hay razones para suponer que la oposición pueda manipular las elecciones.
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