4. Los niveles de satisfacci�n con la democracia
4. Los niveles de satisfacci�n con la democracia
Existe una diferencia entre los sentimientos de la ciudadan�a con respecto a la democracia como ideal y como forma de gobierno y el aspecto de su satisfacci�n con el funcionamiento pr�ctico del sistema mismo. Dichos niveles de satisfacci�n var�an de manera m�s amplia a lo largo del tiempo y son m�s sensibles a los cambios en las condiciones econ�micas. Por ejemplo, el apoyo al ideal de la democracia registr� escasas variaciones en los pa�ses europeos durante mediados de la d�cada de 1970, pero declin� posteriormente como consecuencia de la espiral inflacionaria y el aumento en las tasas de desempleo.
Si bien es cierto que estos dos factores no guardan una relación directa, varios académicos han concluido que un desempeño favorable y sostenido a través del tiempo y en particular un abordaje exitoso de los problemas
económicos y sociales contribuyen al desarrollo de una creencia amplia y fundamental en la legitimidad de la democracia11 . Así, es posible que en el largo plazo la satisfacción con el desempeño
del sistema democrático sea un prerrequisito para su consolidación, al permitir la creación de una reserva de apoyo intrínseco que nutra al régimen en situaciones temporales de crisis. Por supuesto, la legitimidad
de un régimen democrático también se deriva de otra multiplicidad de factores tales como la cultura política, el desempeño del régimen en términos de facilitar bienes de valor político tales
como el orden, el respeto por los derechos humanos, la existencia de libertades políticas, entre otros, así como las percepciones sobre regímenes alternativos que resulten factibles.
Empero, es probable que la influencia del desempeño socioeconómico de un régimen democrático tenga particular importancia en Latinoamérica donde los niveles de ingreso son relativamente bajos -más del 40%
de la población vive por debajo de la línea de pobreza- y la confianza en las personas y las instituciones es particularmente exigua.
Por ello, y tomando en cuenta las valoraciones relativamente pobres sobre el desempeño de los regímenes, no es de sorprenderse que apenas un 35% de quienes respondieron los sondeos entre 1996 y el 2000 (obteniendo el promedio entre
los 17 países y durante esos cuatro años de sondeo) indicara sentirse satisfecho con el desempeño democrático. El sondeo del 2001 reveló niveles incluso más bajos de satisfacción con el
funcionamiento de la democracia. No obstante, si bien este porcentaje se redujo a 25%, al menos no se tradujo en un incremento sustancial del nivel de insatisfacción, el cual pasó de 62.5% a 65.5%12 .
Así, gran parte de las respuestas afirmativas recibidas se tradujeron en indiferencia más que en valoraciones abiertamente negativas.
Comparativamente, y de acuerdo con los datos obtenidos para el período 1996-2000, Latinoamérica registraba niveles de satisfacción con la democracia similares a los de Europa Central y Europa del Este (1998), donde este sistema
de gobierno es un fenómeno aún más reciente. Sin embargo, el promedio latinoamericano para el 2001 se encuentra considerablemente por debajo de la tasa de 35% que arrojó el Eurobarómetro en mayo de 1998 para estas
dos regiones, cuyo porcentaje de insatisfacción alcanzó 60%13. Como podría esperarse, en las democracias más consolidadas y en las economías avanzadas de Europa Occidental la
ciudadanía se encuentra considerablemente más satisfecha con la democracia. Los índices de satisfacción de los europeos con la democracia constituyen casi un espejo de los revelados por el Eurobarómetro del 2000
para estas dos regiones. Un promedio de 62% de las personas incluidas en la muestra afirmaron estar satisfechas con la democracia, en tanto 35% se mostró insatisfecha. Ninguno de los 16 países de Europa Occidental donde se
realizó el sondeo arrojó índices de satisfacción con la democracia por debajo del nivel promedio alcanzado en Latinoamérica entre 1996 y el 2000.
Figura 1. Niveles de satisfacción con la democracia en Latinoamérica, en comparación con Europa Central, Europa Oriental y Europa Occidental
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Fuentes: Latinobarómetro 1996, 1997, 1998, 1999/2000, 2001; Central and Eastern Eurobarometer 8, Mayo 1998; Eurobarometer 53, Octubre 2000.
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Por su parte, las respuestas por país individual respaldan el hecho de que las percepciones sobre la eficacia de la democracia no van necesariamente de la mano con las creencias en su legitimidad. Muchos países donde la democracia
tiene el apoyo de una amplia mayoría de la población como forma de gobierno se caracterizan, sin embargo, por un escaso nivel de satisfacción con el desempeño del régimen en sí. En promedio, alrededor del
37% de quienes respondieron el sondeo del 2001 pueden denominarse como "demócratas insatisfechos", ya que si bien prefieren la democracia están, sin embargo, disgustados con la labor de sus gobiernos e instituciones. En contraste,
apenas un 19% de las personas encuestadas se califican como "demócratas satisfechas", es decir, que creen en el ideal de la democracia y a la vez consideran que los sistemas democráticos de sus países se desempeñan
razonablemente bien. La pregunta es, ¿hasta qué punto puede sostenerse la creencia en la legitimidad del sistema democrático frente a la insatisfacción con el desempeño del régimen, si tal descontento
persiste a lo largo del tiempo?
Cabe destacar asimismo que el grado de satisfacción con la democracia ha variado de manera considerable durante los cinco años que cubre el estudio, tanto en el contexto regional como en países específicos. El promedio
de personas encuestadas que indicaron estar "muy satisfechas" o "más o menos satisfechas" con la democracia alcanzó solo 27% en promedio para todos los países en 1996; luego ascendió a cerca de 40% en 1997 para volver a
quedar apenas por debajo de 25% en el 2001. A nivel de los países, las variaciones en los índices de satisfacción reportados han sido particularmente pronunciadas en los países de Centroamérica (excepto Costa
Rica), Panamá y Argentina. En El Salvador, por ejemplo, el nivel de satisfacción con la democracia se elevó de 26% a 48% entre 1996 y 1997, pero para el 2001 descendió al 21%. En Guatemala, este porcentaje pasó de
17% en 1996 a 57% en 1998, pero luego disminuyó nuevamente a 16% en el 2001. Respecto a Panamá, se pasó de un nivel de satisfacción de 28% en 1996 a uno de 47% en 1999/2000, para descender a un 21% en el 2001 (Cuadro 3).
Cuadro 3. Satisfacción con la democracia (ciudadanos muy satisfechos y considerablemente satisfechos) (En promedio, por país)
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�
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1996
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1997
|
1998
|
1999/2000
|
2001
|
Prom. 1996-2001
|
Uruguay
|
51.33
|
64.76
|
67.67
|
69.75
|
55.40
|
31.78
|
Costa Rica
|
51.25
|
68.22
|
53.60
|
61.24
|
50.60
|
56.98
|
Venezuela
|
30.00
|
35.84
|
35.41
|
54.58
|
40.90
|
39.35
|
Argentina
|
34.11
|
41.72
|
48.75
|
45.84
|
20.50
|
38.18
|
Honduras
|
19.44
|
49.35
|
-
|
43.67
|
31.60
|
36.02
|
Panamá
|
28.06
|
39.17
|
34.00
|
47.10
|
20.90
|
33.85
|
Guatemala
|
16.68
|
40.00
|
56.90
|
35.70
|
15.50
|
32.96
|
Chile
|
27.66
|
37.00
|
31.59
|
35.34
|
25.00
|
31.32
|
El Salvador
|
26.02
|
47.72
|
-
|
27.47
|
20.80
|
30.50
|
Nicaragua
|
23.88
|
50.80
|
-
|
16.29
|
23.80
|
28.69
|
México
|
11.60
|
44.62
|
21.08
|
37.09
|
26.80
|
28.24
|
Ecuador
|
33.25
|
30.75
|
33.75
|
23.25
|
14.60
|
27.12
|
Bolivia
|
24.74
|
33.42
|
34.26
|
22.31
|
18.70
|
26.69
|
Colombia
|
15.89
|
35.50
|
24.04
|
27.00
|
8.50
|
22.19
|
Brasil
|
21.11
|
22.98
|
25.30
|
18.60
|
20.90
|
21.78
|
Perú
|
27.92
|
20.58
|
17.90
|
23.80
|
16.30
|
21.30
|
Paraguay
|
21.41
|
15.30
|
24.16
|
12.30
|
10.30
|
16.69
|
Prom. A. L.
|
27.31
|
39.87
|
36.32
|
35.37
|
24.77
|
32.73
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Los promedios regionales para los cinco años del período en estudio, permiten observar una amplia variación en los niveles de satisfacción con el funcionamiento de la democracia. En el polo de mayor satisfacción
se encuentran Uruguay (62%) y Costa Rica (57%), los cuales se destacan en forma acentuada con respecto al resto de la región. En Venezuela, Argentina, y Honduras, cuyos índices le siguen, la proporción de personas encuestadas
que se manifestó satisfecha con la democracia es de alrededor de 18% menos que en Costa Rica. Por el contrario, otras 12 naciones se ubican en el extremo inferior de la escala, que abarca a países que van desde Panamá (34%)
hasta Paraguay (17%).
En el sondeo del 2001, la satisfacción con la democracia se desplomó en forma dramática en Argentina (de 46% a 21%) y Guatemala (de 36% a 16%) y alcanzó nuevos índices bajos en Paraguay (10.3%) y en Colombia
(8.5%). De tal forma que, si bien los principios democráticos han tenido un apoyo considerable, en especial durante los primeros cuatro años de realizado el Latinobarómetro, las personas encuestadas se han manifestado mucho
menos satisfechas en lo que respecta a su funcionamiento práctico, debido a que amplios sectores de la población sienten que el sistema que apoyan en principio no está dando respuesta a sus demandas.
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