5. Variables institucionales y credibilidad de las elecciones
5.- VARIABLES INSTITUCIONALES Y CREDIBILIDAD DE LAS ELECCIONES
El Cuadro Tres esquematiza la situaci�n de cada pa�s en relaci�n a la credibilidad de las elecciones y los factores institucionales. Los pa�ses est�n ordenados de m�s a menos seg�n el porcentaje de los entrevistados que manifest� creer que las elecciones son limpias.
CUADRO 3
Credibilidad de las elecciones y factores institucionales
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País
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Elecciones Limpias
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Integraci�n Organosmo Electoral
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N�mero Efectivo PartidosN�MERO EFECTIVO PARTIDOS12
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Institucionalizaci�n del Sistema de Partidos
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CHILE |
76% |
no partidista |
8 (1993) |
Institucionalizado |
URUGUAY |
74% |
no partidista desig. pol�tica |
3.3 (1994) |
Institucionalizado |
ARGENTINA |
68% |
no partidista desig. pol�tica |
3.6 (1995) |
Institucionalizado |
PER� |
57% |
no partidista |
3.6 (1995) |
No institucionalizado |
BRASIL |
23% |
no partidista |
11 (1994) |
No institucionalizado |
VENEZUELA |
18% |
partidista |
5.6 (1993) |
Institucionalizado |
M�XICO |
12% |
partidista |
3.03 (1994) |
Hegem�nico |
PARAGUAY |
9% |
partidista |
3.03 (1993) |
Hegem�nico |
Como puede observarse, el Cuadro Tres sugiere asociaci�n entre el tipo de organismo electoral y los niveles de credibilidad en las elecciones. Los pa�ses con organismos no partidistas aparecen con los mayores niveles de credibilidad. Dos excepciones pudieran se�alarse: Paraguay y Brasil. Paraguay, tiene la m�s baja credibilidad (9%) a pesar de que su organismo electoral es de integraci�n no partidista. Esto se debe probablemente al hecho de que se encuentra en etapa de transici�n hacia la democracia, sus instituciones aunque formalmente independientes, son susceptibles de ser percibidas por la poblaci�n como dependientes del poder hegem�nico del Partido Colorado que dirigi� al pa�s en la dictadura y lo sigue haciendo en la transici�n democr�tica. En ese sentido puede asumirse que la caracter�stica del sistema de partidos como hegem�nico en transici�n, neutraliza negativamente la propensi�n a generar confianza derivada de la integraci�n no partidista del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Brasil tiene la credibilidad m�s baja entre los otros pa�ses con organismos electorales de integraci�n no partidista. Tan baja (23%) que est� m�s cerca de la situaci�n de pa�ses con integraci�n partidista. Nuestra hip�tesis nos ofrece una explicaci�n para ello: la no institucionalizaci�n del sistema de partidos y el mutipartidismo extremo (N = 11). Estos datos sugieren que aunque la integraci�n no partidista de los organismos electorales tiene un efecto positivo sobre la credibilidad y honestidad de las elecciones, este efecto tiende a diluirse si el sistema de partidos no est� institucionalizado y hay un n�mero alto de partidos relevantes.
Chile tambi�n presenta en apariencia un alto nivel de fraccionamiento, ocho partidos efectivos, y sin embargo su credibilidad es la m�s alta. No obstante, este fraccionamiento est� contrarrestado por el hecho de que estos partidos funcionan en dos bloques estables, la Concertaci�n por la Democracia13 y la Uni�n por el Progreso14 (Lagos, 1998). Estas dos alianzas estables, a los efectos de nuestro an�lisis tienden a asemejar una situaci�n de bipartidismo, dadas las obligaciones que se generan entre los miembros de las alianzas en lo que se refiere a la protecci�n del voto, y la defensa de los aliados frente a los adversarios.
El Cuadro Tres tambi�n sugiere vinculaci�n entre grado de institucionalizaci�n y credibilidad, incluso de una manera m�s n�tida que respecto al tipo de organismo electoral. En efecto, los pa�ses con mayor credibilidad son tambi�n pa�ses con sistemas de partidos institucionalizados (Chile, Uruguay y Argentina). A ellos les siguen los pa�ses con sistemas de partidos no institucionalizados (Per� y Brasil), y luego Venezuela. Venezuela aparenta ser una excepci�n, sin embargo podr�a alegarse que su sistema de partidos ha sufrido durante los noventa un proceso de desinstitucionalizaci�n, de modo que para 1993 present� una alta volatilidad y una clara p�rdida de centralidad de los partidos frente a los liderazgos personalizados. Rasgos que desde entonces no han hecho sino acentuarse (Molina y P�rez, 1994, 1998a, 1998b). En efecto, Venezuela parecer�a estar en estos momentos m�s cercana a la situaci�n vivida por el Per� (Rospigliosi, 1998; Cotler, 1995), que a los sistemas de partidos institucionalizados del Cono Sur. Finalmente, con la menor credibilidad, aparecen los pa�ses con un sistema de partido hegem�nico en transici�n (M�xico y Paraguay), lo cual concuerda con la hip�tesis antes propuesta.
En cuanto al n�mero efectivo de partidos, su influencia en un n�mero tan peque�o de casos es dif�cil de desentra�ar de la de las otras variables. No obstante, si consideramos a Chile un caso semejante al bipartidismo, resulta que, salvo el caso de los pa�ses donde a�n se vive un proceso de transici�n dirigido por el partido anteriormente hegem�nico, el Cuadro Tres sugiere que a menor n�mero efectivo de partido mayor credibilidad. Excluidos los pa�ses hegem�nicos en transici�n y con la precisi�n hecha sobre Chile, los dos pa�ses con el mayor n�mero de partidos son tambi�n los que presentan la menor confianza de la poblaci�n en la limpieza de las elecciones (Brasil y Venezuela).
Aunque el n�mero de casos no permite llegar a conclusiones definitivas, el an�lisis realizado sugiere que la credibilidad de las elecciones es baja en los pa�ses caracterizados como hegem�nicos en transici�n, independientemente del tipo de organismo electoral o del n�mero de partidos efectivos. Respecto a los otros, la confiabilidad y credibilidad de las elecciones est� positivamente asociada a organismos electorales imparciales de integraci�n no partidista, y a sistemas de partidos institucionalizados y con un n�mero bajo de partidos o bloques de partidos. De modo que a mayor imparcialidad de los organismos electorales, mayor institucionalizaci�n y menor n�mero de partidos efectivos, mayor probabilidad de que la confianza en las elecciones sea alta.
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