En diciembre Chile renueva la mitad del Senado y la totalidad de la Cámara de Diputados. ¿Cómo evaluaría hoy el
funcionamiento del organismo electoral?
Está trabajando normalmente, está en el proceso de elaboración de papeletas y de útiles electorales para la
próxima elección parlamentaria que se realizará el próximo 16 de diciembre. No se han registrado inconvenientes, ha
sido todo muy normal, salvo tal vez en la etapa de declaración de candidatos donde hubo algunos inconvenientes de parte de algunos partidos
políticos, pero que han sido totalmente normalizados en el proceso.
¿Se ha probado ya el sistema de cómputos de votos?
El sistema de cómputos de votos está totalmente organizado por el Ministerio del Interior en primer trámite informal y
luego en resultados oficiales dados por el Servicio Electoral y por el Tribunal Calificador de Elecciones. Es decir, el Ministerio del Interior
está alcanzando ya un nivel técnico muy importante y esperamos que la misma noche de la elección tengamos resultados
extraoficiales completos de todo el país, como ya sucedió en la pasada elección municipal y también en la
presidencial.
¿Cómo ha sido la participación electoral en Chile desde 1989, en que entraron en la actual etapa
democrática?
Ha sido una participación muy alta, pero que ha entrado en declinación. Empezó siendo extraordinariamente alta, recordemos
que en el Plebiscito de 1988 en que fue derrotado Augusto Pinochet la participación fue del 97% de los inscriptos. Después ese
porcentaje ha ido bajando poco a poco y hoy estamos hablando de una abstención cercana al 10%, pero hay que tener en cuenta que en Chile la
inscripción electoral es voluntaria y es ahí donde se produce el fenómeno de que la gente joven no se está inscribiendo
masivamente. De esta manera se está produciendo una abstención disimulada por parte de los más jóvenes. Esta
situación es la que hoy afecta con mayor fuerza el proceso chileno, ya que si bien la abstención real de quienes votan es muy baja,
los que no se inscriben (y no tienen sanción por ello) están quedando fuera del sistema.
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El 16 de diciembre se renovará en Chile toda la Cámara de Diputados y la mitad del Senado |
¿Qué expectativas numéricas tienen para diciembre, en cantidad de votos?
Van a participar aproximadamente 8.1 millones de personas, de las cuales alrededor del 52% son mujeres y el 48% varones. Se vota a partir de los
18 años y la votación es obligatoria sólo para quienes están inscriptos, situación bastante curiosa que tiene
nuestro sistema.
¿Esa obligatoriedad para los inscriptos, puede desestimar a la participación?
Justamente, pero ese tema está en estudio en este momento. Creo que estamos muy cerca de llegar a la inscripción automática
como la que tiene, por ejemplo, Argentina.
En algunos países de América Latina crece el voto blanco y la impugnación y en otros países se viven denuncias de
fraude lo que desalienta la credibilidad democrática. ¿En Chile existen este tipo de problemas?
En Chile, felizmente, la expresión de "fraude electoral" está borrada de nuestro lenguaje desde hace algún tiempo, y creo
que seguirá siendo así. Afortunadamente el régimen electoral chileno es muy confiable, está muy protegido con muchas
salvaguardas. Los partidos políticos tienen altas posibilidades de control, lo que hace que el sistema opere muy limpiamente. Además
hay una participación real de los ciudadanos en materia de votación, ya que hay que señalar que las mesas receptoras de votos
en Chile están compuestas por ciudadanos determinados por sorteo, y esa gente lo hace muy bien, tiene un gran espíritu cívico.
Los partidos políticos tienen también la oportunidad de controlar y fiscalizar todas las mesas. La cédula misma, es una
papeleta muy resguardada, con muchas protecciones, es un papel especial, numerado, con ciertos dobleces y estampillas, lo que naturalmente vuelve
muy difícil cualquier tipo de fraude electoral en el país. Eso genera mucha confianza en el sistema.
Cuéntenos acerca de los detalles del proceso electoral…
Las boletas las confecciona el Ministerio del Interior. Son papeletas únicas de votación y exigen, por ejemplo, que el papel no
sea transparente y que en la misma papeleta figuren todos los candidatos de todas las listas que participan en cada elección - ya sea de
Distrito en caso de diputados, o de Circunscripción electoral en caso de senadores-. En esa papeleta única el elector tiene que
marcar una sola preferencia por el candidato respectivo. No hay voto de lista, no hay fotografía sino únicamente símbolos de
los partidos, lo que simplifica la votación. Además, particularmente en esta elección de diciembre, hay muy pocos candidatos
en relación con elecciones pasadas, y la elección se va a circunscribir a dos o tres listas.
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