"Ahora, el Frente Amplio va a tener que disputar terreno con
Larrañaga"
Entrevista a Jorge Lanzaro, politólogo uruguayo (Universidad de la
República), sobre las elecciones internas de su país el 27 de
junio último
[7 de Julio de 2004]
¿Qué evaluación, desde el análisis político-electoral,
podemos hacer del proceso de internas partidarias del domingo 27 de junio? ¿El
hecho que sólo en uno de los partidos (el Nacional) las elecciones internas
cobraran relevancia política, no cuestiona el espíritu del sistema
de primarias abiertas y simultáneas?
El hecho de que en esta oportunidad sólo hubiera competencia efectiva
en uno solo de los partidos, no creo que invalide el procedimiento como tal.
Se ha aplicado en los tres grandes partidos en la elección de 1999 y
podría volver a aplicarse regularmente en instancias futuras.
En cuanto al tema de fondo, tengo mis reservas sobre el procedimiento de las
primarias en sí y de hecho creo que era muy superior el "ancien
régime" uruguayo (ley de 1910), por el cual las internas se ventilaban
al mismo tiempo y en el mismo acto que la elección nacional: votando
por partido y por un candidato dentro del partido - con el régimen de
"doble voto simultáneo". Los distintos candidatos dentro de
un partido competían entre ellos, pero acumulaban los votos emitidos
por cada uno, para competir al mismo tiempo con los otros partidos.
¿Qué comentario le merece el proceso electoral en el Frente
Amplio y el Partido Colorado? ¿Las elecciones del 27 de junio han cambiado
en algo las expectativas sobre los comicios presidenciales?
Obviamente, los resultados de junio no pueden trasponerse a la instancia de
octubre. Pero de todos modos tienen su significación. Para el Frente
Amplio: un llamado de atención y un "tirón de orejas",
dado que parecía correr con la elección ya ganada y ahora tendrá
que movilarze y emplearse a fondo en la disputa hacia el centro. Para el Partido
Nacional: la
revitalización y el repunte con respecto a 1999, con un resultado que
no sólo tiene efectos de "psicología política",
sino que mejora sus chances y traza el cuadro de una elección más
competitiva de lo que parecía. Para el Partido Colorado es un duro revés,
esperable y esperado. Puede repuntar un poco, pero es difícil que levante
lo suficiente como para disputar con fuerza la elección nacional.
¿Cómo evalúa el triunfo de Larrañaga en el Partido
Nacional? Se ha especulado mucho sobre la ventaja relativa de Larrañaga
frente a Lacalle, para competir con Tabaré.
El triunfo de Larrañaga parece deberse a dos factores importantes: a)
Una postura política que se aparta de las formulas neo-liberales al uso
y del "establishment" del PC+PN que se ha sucedido en el gobierno
en los últimos años. b) Una dificultosa congregación de
todos los dirigentes blancos opuestos a Lacalle. Para Lacalle es una derrota
fuerte, que lo desplaza y
permite incluso que suban otros dirigentes de su propio sector. Pero creo que
sería un error darlo por liquidado: es un político de raza, acostumbrado
a dar pelea en condiciones difíciles.
Larrañaga es para el Frente Amplio un candidato más complicado
que Lacalle. Hay aquí una suerte de paradoja: el desarrollo "desafiante"
del FA marcó la cancha y ha logrado orientar la competencia ideológica
hacia líneas distintas de las que predominaron en los últimos
15 años. Esto coincide por lo demás con la sensación -
más general, a nivel de América Latina - de que se registra una
inflexión en el "ciclo de fortuna" del neo-liberalismo. Hasta
ahora el Frente Amplio tenía el monopolio de la oposición en este
sentido. Pero ahora va a tener que disputar el terreno con Larrañaga,
en una elección claramente orientada por la competencia hacia el centro.
¿Qué anticipan las encuestas frente a este nuevo escenario,
ya con más datos, y qué tendencias principales ve Ud. para los
próximos meses?
Es muy pronto para hacer comentarios. Todavía no hay encuestas y los
dados para octubre empezarán a echarse en agosto. En todo caso puede
decirse que esta instancia, que abre el ciclo electoral 2004, deja fuera de
carrera y con sus liderazgos entre paréntesis a Sanguinetti, Lacalle
y Jorge Batlle: las tres figuras dirigentes más importantes en los partidos
tradicionales y a nivel nacional en los últimos 20 años, todos
ellos ocupantes de la presidencia, desde 1985 al 2005. En el Partido Nacional
hay un grupo de dirigentes que compite por el recambio. En el Partido Colorado
el relevo no será fácil. Ni Sanguinetti ni Batlle han dejado espacio
para
una segunda fila de dirigentes competitivos y con capacidad de recrear el liderazgo.
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