Elecciones 2006 en El Salvador: ¿un plebiscito?
Por Álvaro Artiga-González *
[Marzo de 2006 ]
El próximo 12 de marzo se llevarán a cabo elecciones de diputados
y concejos municipales en El Salvador. Será la quinta cita para realizar
este tipo de elecciones desde 1994, cuando tuvieron lugar las primeras elecciones
libres y competitivas en este país. Desde entonces se han realizado también
tres citas para elegir Presidente y vicepresidente de la República. El
calendario electoral adoptado ha hecho que la simultaneidad ocurra únicamente
cada quince años. Las elecciones de diputados y concejos municipales
se han realizado cada tres años (1994, 1997, 2000, 2003, 2006) mientras
que las elecciones presidenciales se han llevado a cabo cada cinco años
(1994, 1999 y 2004). Si en 1994 hubo simultaneidad electoral, ello solo ocurrirá
una vez más hasta en 2009. Por tanto, las elecciones del 12 de marzo
se realizarán dentro del mandato del actual presidente de la República.
El partido en el gobierno, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), quiere
convertir estas elecciones en una especie de plebiscito sobre la gestión
del Presidente.
¿Qué está en juego en estas elecciones? Responder esta
pregunta puede ser útil para analizar la "estrategia plebiscitaria"
de ARENA. El Presidente está pidiendo el voto para su partido como un
voto de confianza en su gestión. Parte de la propaganda electoral de
ARENA incluye la utilización de la imagen del Presidente para ganar votos
tanto para diputados como para concejos municipales. ARENA insiste con su mensaje
propagandístico que un voto para sus candidatos es un voto para el Presidente.
La base para este tipo de estrategia radica en la popularidad y confianza que
goza el Presidente a casi dos años después de haber sido electo.
De los cuatro presidentes que ARENA ha logrado colocar a la cabeza del Ejecutivo
desde 1989, el actual es el que menos desgaste político ha sufrido. En
este fenómeno tal vez tenga mucho que ver su experiencia como "hombre
de medios". Ha sabido mantener una buena imagen ante la población.
Los candidatos a diputados y concejales de ARENA han decidido apoyarse en dicha
imagen. Quieren atraer votos a su favor utilizando la imagen del Presidente.
Quieren ser elegidos a la sombra del Presidente.
¿Por qué esta estrategia? ¿Qué busca ARENA? Como
todo partido político ARENA busca mantener o incrementar su cuota de
poder tanto legislativo como municipal. El Presidente, que es a la vez presidente
del partido, busca aumentar la fuerza de su fracción legislativa. Explícitamente
está pidiendo al electorado que le de más diputados (actualmente
tiene 29 de 84) para "poder gobernar". Su mandato termina en 2009.
Por tanto, todavía tiene tres años más para poder implementar
su plan de gobierno que, en síntesis significa, abrir más la economía
del país a la inversión extranjera haciendo de El Salvador un
gran centro comercial y de servicios. Actualmente, el Tratado de Libre Comercio
(TLC) entre países de Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA) es
su gran apuesta. Claro que para ello tiene que combatir uno de los más
graves problemas que tiene el país: la violencia social. La opción
que ha privilegiado en este combate es más punitiva que preventiva. Desde
esta perspectiva, le interesan más las reformas legales que las socioeconómicas.
En su visión lo que hay que privilegiar son medidas penales: facilitar
el encarcelamiento de los supuestos delincuentes, para lo cual bastarían
los testimonios orales, y hacer más largas las penas. Paradójicamente,
cuanto más se ha avanzado en esta dirección, peor se ha vuelto
el problema. Hoy El Salvador es más inseguro que hace dos años.
La "súper mano dura" del Presidente no parece estar dando los
resultados previstos.
La estrategia electoral de ARENA ha incluido asociar con la delincuencia al
principal partido de oposición: el Frente Farabundo Martí para
la Liberación Nacional (FMLN). A la tradicional campaña anticomunista,
ARENA busca sumar una "cruzada nacional contra la delincuencia" que
implicaría acabar con el FMLN. El esfuerzo de ARENA en este sentido es
secundado por algunos medios de comunicación. La oposición legislativa
a las medidas punitivas del gobierno es explotada por ARENA con fines electorales.
La oposición legislativa al CAFTA lo es en igual forma. El mensaje que
pretende difundir el partido en el gobierno es que mientras éste trata
de resolver los grandes problemas del país (desempleo, bajo crecimiento
económico y la violencia social) la oposición asume una actitud
contraria por pura necedad. De allí que lo mejor que pueden hacer los
salvadoreños es hacer equipo con su Presidente. La vía para ello
es votar por ARENA porque un voto para este partido es un voto por el Presidente.
ARENA ha convertido estas elecciones en un plebiscito por la gestión
del Presidente.
Una mirada diacrónica a la composición partidista de la Asamblea
Legislativa revela que ARENA casi siempre ha contado con mayoría. Para
ello se ha valido de una tradicional alianza legislativa con los partidos de
Conciliación Nacional (PCN) y Demócrata Cristiano (PDC). Con el
primero ha logrado sumar 43 votos (mayoría simple) para la aprobación
de la mayoría de leyes. Al segundo lo ha necesitado para obtener 56 votos
(mayoría calificada) para aprobar el financiamiento del Presupuesto General
del Estado, elegir Procurador General de la República, Magistrados de
la Corte Suprema de Justicia, Presidente de la Corte de Cuentas y Fiscal de
la República. Cuando, a pesar de la alianza con estos partidos, ARENA
no ha logrado sumar 56 votos, ha recurrido a otros métodos para desprenderle
diputados a la oposición incluyendo al FMLN. En suma, no es del todo
cierto que ARENA necesite más votos para obtener los apoyos legislativos
que requiere la gestión del Presidente. Tal vez lo que ARENA busque es
reducir los costos de negociación de esos apoyos. De ahí su vehemente
llamado para votar "por el Presidente".
Si el Presidente pide "más diputados para poder gobernar"
eso debería entenderse como un deseo para que sus decisiones no encuentren
obstáculo ni en la Asamblea Legislativa, ni en la Corte Suprema de Justicia,
ni en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, ni en
la Fiscalía General de la República y tampoco en la Corte de Cuentas.
Como cuenta con aliados incondicionales en los medios de comunicación
(puesto que él mismo es empresario de medios) pocas o nulas serán
las posibilidades para hacer oposición política por vías
institucionales en el país. Esto parece ser lo que está en juego.
La gran paradoja que este escenario plantea es que la misma estrategia escogida
por ARENA es la que puede producir un resultado que no le permita gobernar al
Presidente. Acabar con la oposición política (con los controles
que ello supone) nunca fue la mejor opción. La exclusión política
en el país fue la principal causa de la violencia política del
siglo pasado, en especial la que se manifestó como inestabilidad política
y conflicto bélico.
* Sociólogo y Politólogo. Director del Programa de Maestría
en Ciencia Política de la Universidad Centroamericana "José
Simeón Cañas" de El Salvador. Miembro del Comité Ejecutivo
de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP).
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