Con el triunfo de Maduro, vuelven los nacionalistas al poder
[26 de Noviembre de 2001]
Tras dos administraciones liberales, la oposición nacionalista llegará al poder. Ricardo Maduro, el candidato del Partido
Nacional, se proclamó vencedor de las elecciones generales hondureñas del domingo cuyos resultados oficiales le daban una ventaja de
9,03% frente al aspirante del gobernante Partido Liberal, Rafael Pineda.
Maduro (55) obtenía el 52,73% contra un 43,70% de Pineda, luego de contabilizados 883.157 votos en el 37,86% de las 11.075 urnas
electorales, según anunció el Tribunal Nacional de Elecciones (TNE) pasada la medianoche del domingo.
Horas antes Maduro ya se había autoproclamado vencedor, basándose en encuestas a 'boca de urna' divulgadas por su partido y
proyecciones de medios de prensa locales, que le daban una ventaja por más de diez puntos porcentuales. Pineda (72) reconoció su
derrota y felicitó al presidente electo en un discurso pronunciado ante un grupo de seguidores, en un hotel de Tegucigalpa.
Desde la sede del comité central del PN, Maduro prometió trabajar "por un mejor futuro para Honduras" y "vencer la delincuencia y
la pobreza".
En cuanto a los comicios municipales, según las proyecciones extraoficiales, el PN habría ganado también las dos
principales alcaldías del país, Tegucigalpa y San Pedro Sula (norte).
Cinco partidos compitieron en los comicios, pero sólo los candidatos de los tradicionales partidos Liberal y Nacional tenían
opciones reales, según las encuestas de opinión, que anticiparon el resultado con bastante precisión.
Más de 3,4 millones de hondureños fueron convocados para designar, además del sustituto del mandatario Carlos Flores, a
tres vicepresidentes, 128 diputados, 20 representantes al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y 298 corporaciones municipales, por un periodo de
cuatro años a partir de enero.
De acuerdo a los primeros informes de los observadores internacionales, el TNE, las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Seguridad, los comicios
se realizaron con transparencia, en orden y sin mayores incidentes. Aunque aún no existían cifras oficiales de participación
electoral, las primeras impresiones registraban una masiva afluencia de votantes.
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