Hay elecciones en marzo del Congreso; hay elecciones en mayo, primera vuelta para elegir Presidente; y en junio, si corresponde, segunda
vuelta presidencial.
Para las elecciones presidenciales, básicamente hay cuatro candidatos: Horacio Serpa Uribe, por el Partido Liberal; Álvaro
Uribe Vélez, liberal pero que está corriendo como independiente; Noemí Sanín, que es de origen conservador pero
está corriendo del mismo modo, y Luis Garzón, que va en nombre de sindicatos y otras fuerzas sociales también a
título independiente.
Todavía ninguno ha formalizado su candidatura y la distribución de fuerzas, según los sondeos, es más o menos
así: entre un 35 y 37%, Horacio Serpa; aproximadamente un 22% Noemí Sanín; entre un 15 y 17%, Álvaro Uribe; y
Garzón no supera el 2 ó 3%. Esas son las predicciones de las encuestas y es difícil que algún candidato pueda ganar en
la primera vuelta.
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"En Colombia, la tendencia es que en la segunda vuelta se pone en peligro al que la ganó la
primera" |
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En la segunda vuelta es bastante impredecible, porque en Colombia la tendencia es que en la segunda vuelta se pone en peligro al que la
ganó la primera. Digamos que así ocurrió con Samper, pero ganó con un margen estrecho. Luego, Pastrana perdió en
la primera vuelta y en la segunda ganó por un margen importante, aunque no descomunal, ya que se impuso por 500 mil votos en una
elección en la que hubo casi 12 millones de votos. Y en esta elección podría ocurrir algo parecido y esa es la incertidumbre
que hay. Ocurre que hay un viraje muy grande en la segunda vuelta, a la cual ingresan, inclusive, millones de nuevos votantes.
Pero este panorama, se ha visto modificado por la nueva propuesta de paz, y creo que cambia radicalmente. Porque Horacio Serpa venía
apoyando al gobierno en su proceso de paz, pero con críticas. Álvaro Uribe venía rechazando totalmente el proceso de paz del
gobierno y crecía sobre esa base porque había y hay en el país una crítica muy grande al proceso (estamos hablamos de
un 80% de la Opinión pública, y con esto ahora perdería mucho piso). Y Noemí Sanín, frente a este posible
cambio, también tendría que acomodarse, y además no parece tener una posición tan clara como la de Serpa o Uribe. Es
decir, de alguna manera la campaña quedó reformulada, aunque no sabemos aún cómo.
¿Cuál es el giro en la marcha del proceso de paz que modifica tanto el actual escenario político de Colombia?
Recientemente ha ocurrido un hecho fundamental para el proceso de paz, porque la comisión que se había nombrado en el desarrollo
del Acuerdo de Los Pozos, de febrero de este año, que tenía que hacer recomendaciones sobre la lucha contra el paramilitarismo y la
disminución del conflicto, presentó en un documento de 14 páginas una serie de recomendaciones que, al parecer, serían
adoptadas por la Mesa de Diálogo y Negociación y que pondrían el proceso en un carril completamente diferente, y
abrirían ciertamente las posibilidades de un acuerdo de paz.
Se trata de pactar un cese del fuego y un cese de hostilidades. O sea, no más combates, no más ataques, y no más secuestros
ni extorsiones. Si eso se acepta, durante un período de seis meses habría una negociación que se llevaría a una
asamblea constituyente o a un referendum.
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"Horacio Serpa encabeza las encuestas de intenci�n de voto, pero es dif�cil que alg�n candidato pueda ganar en la primera vuelta." |
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Se entiende que este proceso, de acordarse, tendría que convertirse en una política de estado, tendría que porrogarse
más allá del próximo gobierno, y entonces el próximo gobierno heredaría un proceso en marcha, serio. Y luego de
eso las FARC, y el ELN si entra en este acuerdo, se comprometerían a no perturbar de ninguna manera el proceso electoral.
La situación con las Farc era muy precaria, muy pobre, había que prorrogar en algunos días la zona de distensión,
los eventos de terrorismo ocurridos en Estados Unidos dificultaban mucho esa decisión porque de alguna manera estaba todo el
escándalo mundial sobre los vínculos entre las Farc y el IRA de Irlanda, y luego surgieron nuevos datos sobre visitas de
iraquíes. Pero, naturalmente, esto que mantendría la zona de distensión e inclusive contempla un financiamiento temporal para
la subsistencia de la guerrilla por parte del estado, pondría el proceso en un carril que ya tiene término, que tiene destino y
mecanismos, algo que no había y que era muy gaseoso. Sería un proceso que permitiría obtener acuerdos en materia
política, constitucional y económica.
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