"El 'referéndum' está adquiriendo sentido de
'plebiscito'"
Entrevista al analista político boliviano Jorge Lazarte
Observatorio Electoral Latinoamericano
[16 de Julio 2002]
A pocas horas del referéndum, hubo algunas señales de violencia
en la ciudad de La Paz. ¿Cómo esperan que se desarrolle la votación
del domingo?
De manera general podemos decir que este referéndum en Bolivia no es
un hecho ordinario. No solamente porque, después de 73 años, el
país va a conocer una consulta de esta naturaleza, sino porque el resultado
de una crisis profunda y el contexto de la misma son lo que probablemente le
dan toda su significación.
Por la forma en que el referéndum ha sido procesado, y por la resistencia
que ha provocado en algunos sectores de la población (aunque son minoritarios),
no hay que descartar que esto pueda incomodar en algún sentido la realización
de la votación del próximo domingo.
Diría que, en general, el referéndum no tendrá problemas
particulares en su realización, pero pueden preverse algunos intentos
muy focalizados (sobre todo en el Altiplano de La Paz, y quizás también
en el Alto que está junto a esa ciudad y algunos sectores rurales) para
impedirlo.
¿Qué credibilidad hay que darle a los rumores de golpe de estado
en Bolivia?
Adquieren una importancia mayor de la que efectivamente deberían tener,
dado este contexto de crisis y enorme volatilidad política en el país.
Pero no parece ser que hubiera algo que pudiera llamarse un proceso conspirativo
tendiente a un golpe de estado. Eso no quita que haya sectores entre los militares
retirados, muy minoritarios, que estuvieran muy descontentos con lo que está
pasando en el país, y anduvieran pensando en esta alternativa. Pero en
este momento, en Bolivia no es viable un golpe de estado.
¿Qué es, concretamente, lo que van a tener que votar los bolivianos?
¿Es correcto decir que este es el "referéndum del gas"?
Explícitamente esta votación debiera establecer las bases o principios
a partir de los cuales sea posible definir una política del gas por los
próximos años. Pero de manera implícita también
se está votando un apoyo político al gobierno. Es decir, que el
referéndum está adquiriendo también sentido de "plebiscito".
El gobierno no lo ha dicho de manera tan explícita, pero también
tiene un valor político del que dependería la propia estabilidad
gubernamental hacia delante. De manera que se está votando sobre el gas,
pero al mismo tiempo se vota un apoyo político suplementario al presidente
Carlos Mesa.
Quizás la particularidad de este referéndum, por la forma en como
ha sido administrado, es que los problemas vinculados al mismo no van a desaparecer
con él, sino que seguramente van a tener su prolongación más
allá del próximo domingo, y en lugar de que este acto de votación
cierre problemas que tienen que ver con el gas y produzca la certeza de un final
de esta controversia, que de alguna manera ha dividido a la sociedad boliviana,
lo más probable es que a partir de ese día y hacia delante se
vayan abriendo nuevos escenarios de conflictos con respecto a este mismo tema.
Por lo tanto, el proceso no va a acabar el 18 de julio sino que habrá
una etapa "post-referéndum" donde pueden abrirse nuevos escenarios
de conflicto, dado que va a tener que intervenir el Parlamento para definir
las nuevas leyes de hidrocarburos.
En vista de que muchas de las preguntas del referéndum son muy ambiguas,
y aunque esto puede llevar a que se sumen los votos a favor de las preguntas
realizadas, a la larga puede ser fuente de conflictos entre varios partidos
políticos, o entre el Parlamento y el gobierno, y hasta podrían
después estar acompañados de nuevas presiones sociales. Y eso,
en el contexto de la crisis, puede ser preocupante.
¿En qué casos, con qué resultados, el presidente Mesa
saldría victorioso, y con qué resultados perdería?
Hasta ahora, la tenacidad del gobierno le ha dado frutos, ya que a pesar de las
observaciones legales que se han hecho -creo que fundadamente-, a pesar de las
observaciones logísticas en el manejo del mismo, y a pesar de los problemas
políticos que ha tenido que enfrentar, finalmente se va a realizar.
Los sectores empresariales bolivianos -no muy afectos al mismo- finalmente
se sumaron y una buena parte de los partidos políticos han tenido que
viabilizar la legalización del referéndum a través de una
ley que el Congreso aprobó a última hora. Todos estos hechos hacen
que, hasta este momento, el referéndum ya resulte exitoso para el gobierno.
Ahora, para que sea un éxito político importante, tendrían
que -por los menos- darse dos condiciones previas, algo que sabremos el próximo
domingo: por un lado, una asistencia masiva de la población, y por otro
lado que las respuestas resulten positivas uniformemente y que tengan una diferencia
importante con respecto a las negativas.
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