Discurso de N�stor Kirchner, al quedar consagrado presidente electo de Argentina
[14 de Mayo de 2003]
El d�a de ayer hemos vivido una de las jornada m�s bochornosas de las que se tenga memoria. Un pa�s en vilo, sus instituciones democr�ticas jaqueadas, no es la primera vez que esto ocurre en nuestro pa�s. Mi generaci�n y la historia recuerdan otros golpes a la democracia, pero lo in�dito e ins�lito por su gravedad y profundidad es que en esta oportunidad el intento proviene de un ex presidente constitucional que, al no poder lograr ser reelecto por tercera vez, tira del mantel sin importarle los da�os, dispara sobre las instituciones de la Rep�blica con la misma violencia de su discurso y con la misma impunidad que su gesti�n.
En rigor de verdad, no deber�amos sorprendernos ante tal actitud, primero les rob� a los argentinos el derecho a trabajar, luego el derecho a comer, el derecho a estudiar, el derecho a la esperanza. Ahora vino por el �ltimo de los derechos ciudadanos que quedaba en pie: votar. Las encuestas que un�nimemente le auguran una derrota sin precedentes en la historia electoral de la Rep�blica permitir�n que los argentinos conozcan su �ltimo rostro, el de la cobard�a. Y sufran su �ltimo gesto, el de la huida. Una vez m�s, la sociedad argentina, en lo que parece ser un signo dr�stico de la �ltima d�cada, contempla la deserci�n de su licencia pol�tica; culmina en la Argentina un ciclo hist�rico signado por los liderazgos mesi�nicos, fundamentalistas y excluyentes, donde hubo dirigentes que se creyeron con el derecho divino de no tener que dar explicaciones a la sociedad de lo que han hecho.
Pero tambi�n se torna insoslayable se�alar que resulta de una ingenuidad pol�tica y de un reduccionismo inaceptable no advertir que el eventual retiro de la f�rmula por parte del ex presidente, del proceso de ballottage, es absolutamente funcional a los intereses del grupo y sectores del poder econ�mico que se beneficiaron con privilegios.
Que se beneficiaron con privilegiosinadmisibles durante la d�cada pasada, al amparo de un modelo de especulaci�n financiera y subordinaci�n pol�tica, a esos mismos intereses que cooptaron el Estado y compraron la pol�tica, a esos mismos intereses que corrompieron a los dirigentes y arruinaron la huida de los ciudadanos tributa esta huida. El intento de deslegitimar la voluntad de cambio expresada por la sociedad el 27 de abril apunta a mostrar d�bil y fr�gil al gobierno que se inicia para tratar de imponerle la continuidad de las pol�ticas llevadas adelante durante la d�cada de los noventa. Este y no otros es el escenario que objetivamente pretenden construir con su eventual deserci�n. Quien se autodenomina pol�tico argentino que nunca escap� y que nunca perdi� una elecci�n.
Ante esta situaci�n quiero expresarle a la ciudadan�a, primero, que con estas palabras quiero poner fin a esta situaci�n de irresponsabilidad institucional e incertidumbre social a la que nos tienen sometidos hace ya m�s de 24 horas, y que constituye sin lugar a dudas una falta de respeto inaceptable a los ciudadanos, sin precedentes en nuestra historia, un escenario de rid�culo sin retorno ante el mundo.
Segundo, que cualquiera sea la decisi�n que tomen los integrantes de la otra f�rmula, voy a asumir todas las responsabilidades que los argentinos me han otorgado. Ya sea con elecci�n en doble vuelta, que ojal� as� fuera el 18 de mayo, y desde luego si los argentinos dicho d�a decidieran apoyarme mayoritariamente, o si se produce final y formalmente la renuncia del otro binomio electoral, el 25 de mayo la Naci�n argentina tendr� Presidente de acuerdo con su Constituci�n para cumplir el mandato de la sociedad, en esta hora imponen. Asumir� con coraje y decisi�n la responsabilidad de gobernar la Rep�blica, lo que significa reafirmar el sistema democr�tico, en esta etapa implica, adem�s, mejorar la calidad de sus instituciones. El marco pol�tico e institucional exige una profundizaci�n del sistema democr�tico, ya que es la voluntad popular la gran legitimadora de pol�tica que tornar� viable la gesti�n. En una Argentina devastada, presionada y extorsionada por la voracidad especulativa, las pr�cticas corporativas y los ego�smos personales de sus dirigentes pol�ticos.
No he llegado hasta aqu� para pactar con el pasado. Ni para que todo termine en un mero acuerdo de c�pulas dirigenciales; no voy a ser presa de las corporaciones. Tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla est� decidido a dar vuelta la p�gina de la historia. Y comenzar a construir junto a ustedes un pa�s diferente,con mucha humildad, con muchas y muy firmes convicciones, con esperanza y con optimismo; para ello convocamos a la tarea, sin distinci�n de partidos y sectores, a todos los hombres y mujeres de �ste, nuestro pa�s. Hoy m�s que nunca Argentina unida, argentino, argentinas. Pertenezco a una generaci�n que no se dobl� ante la persecuci�n, ante la desaprensi�n de amigos y amigas y ante el mayor sistema represivo creado en nuestro pa�s. Estas alquimias, con una dirigencia claudicante que entreg� la dignidad de los argentinos sin distinci�n, que nos ha sometido permanentemente a la mayor de las injusticias, no nos va a hacer consentir ni desviar el rumbo. Tenemos la fuerza de aquellos que nos incorporamos a la pol�tica porque este pa�s cre�amos que se pod�a cambiar. Tenemos la fuerza y la decisi�n de aquellos que llegaron a la pol�tica, sino por convicciones, convicciones pol�ticas, ideol�gicas y doctrinarias de un pa�s distinto. Esas convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de entrada de la Casa Rosada. Quiero que sepan todos los argentinos que entre todos un nuevo tiempo est� a punto de comenzar. A mi compa�ero a la vicepresidencia, Daniel Scioli, vamos hacia un nuevo amanecer, much�simas gracias. Viva la Patria
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