¿Qu� le espera a Am�rica Latina en el 2003? Las incertidumbres del contexto internacional y la fluidez de la situaci�n pol�tica regional hacen que la evaluaci�n de las perspectivas para el 2003 sea necesariamente tentativa. Si las cosas marchan bien, es posible esperar un crecimiento moderado del 2 al 2,5 %. Si por el contrario salen mal, arriesgamos sufrir otro a�o de estancamiento que vendr�a a sumarse a la media d�cada perdida entre 1997 y 2002.
El objetivo principal en 2003 debe ser mejorar el balance del p�simo a�o que acaba de concluir, durante el cual la recesi�n produjo una ca�da del 0,5 % en el PIB regional (CEPAL), provocando un aumento del desempleo, la pobreza, la indigencia y del trabajo informal, as� como una fuerte ca�da de los flujos de capital.
La debilidad de la econom�a global y la posibilidad de una guerra con Irak nos advierten del riesgo de pecar de optimistas. La tantas veces anunciada recuperaci�n de los Estados Unidos no se ha producido a�n, mientras la Uni�n Europea y el Jap�n siguen estancados econ�micamente. Para colmo de males, Am�rica Latina ha perdido importancia relativa dentro de la pol�tica exterior norteamericana a ra�z de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Bush no ha dado muestras de contar con una estrategia hemisf�rica m�s all� de los aspectos relacionados con la seguridad y, en segundo lugar, el comercio. Las designaciones en el equipo latinoamericano de Bush (Roger Noriega y Otto Reich) confirman esta tendencia.
Por su parte, el escenario pol�tico regional es un calidoscopio de complejidad e inestabilidad pol�tica. En Hait�, Venezuela y Bolivia, la oposici�n demanda en las calles la renuncia de los presidentes. En Paraguay se acaba de iniciar el juicio pol�tico al primer mandatario; en Guatemala y Nicaragua, los gobiernos hacen frente a serios problemas de gobernabilidad. A este cuadro se suman la persistencia del conflicto colombiano y la precariedad de la situaci�n pol�tica, econ�mica y social de Argentina.
Adem�s de una importante agenda electoral, la regi�n encara tambi�n cambios pol�ticos de trascendencia: Brasil, Ecuador, Argentina y Paraguay inauguran presidentes en el primer semestre. Electoralmente, destacan por su relevancia los comicios de M�xico, en el norte; los del Salvador y Guatemala, en Centroam�rica, y en Sudam�rica los de Argentina y Paraguay. Es muy probable asimismo que al menos en Venezuela y en Colombia tengan lugar consultas populares de la mayor importancia pol�tica.
En M�xico, dado el impasse que caracteriza a varios de los partidos principales y, en general, a la pol�tica mexicana, las elecciones de medio t�rmino del 6 de julio ser�n cr�ticas para el futuro del pa�s y del gobierno panista. La primera interrogante es si el presidente Fox alcanzar� la deseada mayor�a parlamentaria que le permita avanzar su agenda de reformas que lleva casi tres a�os estancada. Las preguntas de fondo refieren a la transici�n pol�tica: �una victoria del PRI significar� la vuelta al poder de la pol�tica tradicional mexicana, demostrando que "el verdadero pri�smo nunca perdi�"? o �acaso una segunda victoria consecutiva del PAN producir� una renovaci�n en el PRI, consolidando un proceso a�n abierto?
En Guatemala, la elecci�n general de noviembre -caracterizada por la presi�n de Efra�n R�os Montt por volver a la presidencia-, est� adquiriendo matices que podr�an desembocar en una nueva espiral de violencia. Esta elecci�n tendr� lugar en momentos en que el proceso de paz se encuentra estancado y el gobierno de Portillo acusa signos de debilidad y enfrenta fuertes denuncias por corrupci�n.
En El Salvador, los comicios de marzo para renovar autoridades legislativas y municipales, a la vez que presagian una renovada competencia entre la derecha y la izquierda constituyen el pre�mbulo de la elecci�n presidencial de 2004.
Sin embargo es Am�rica del Sur la subregi�n que presenta las mayores incertidumbres. En Venezuela, 2003 es un a�o clave para la continuidad o interrupci�n tanto de la democracia como del gobierno chavista. La sociedad est� peligrosamente polarizada, y si bien es dif�cil lograr una salida a esta grave crisis, los esfuerzos deben concentrarse en que la misma sea pac�fica, democr�tica, electoral y constitucional.
En Colombia, 2003 es tambi�n de crucial importancia para el gobierno del presidente Uribe. El buen arranque de su gesti�n, su liderazgo y las reformas que impuls�, le permitieron alcanzar en poco tiempo altos �ndices de popularidad que le ser� dif�cil mantener. El manejo del conflicto con la narcoguerrilla seguir� ocupando un lugar central en su gobierno, as� como la concreci�n de su agenda de reformas, que depende de los resultados del refer�ndum previsto para este a�o.
En Ecuador, la asunci�n de Lucio Guti�rrez abre una etapa de interrogantes, en un pa�s cuyos dos �ltimos presidentes electos no pudieron concluir sus mandatos. El mandatario inicia su gesti�n en un contexto de creciente convulsi�n social a ra�z de las medidas econ�micas "de guerra" adoptadas, enfrentando tempranas turbulencias pol�ticas y sin la necesaria mayor�a parlamentaria para asegurar la gobernabilidad y estabilidad de su administraci�n.
En Per�, existe incertidumbre principalmente en torno a las relaciones entre el gobierno de Alejandro Toledo y las autoridades regionales llegadas al poder en enero (la mayor�a en manos del Apra e independientes) que pugnan por conseguir una mayor autonom�a.
Paraguay, que inicia el a�o con el juicio pol�tico del presidente Gonz�lez Macchi y con elecciones presidenciales previstas para fines de abril, tiene la oportunidad de cerrar la crisis abierta por el asesinato del vicepresidente Arga�a hace casi cuatro a�os. La proscripci�n de Lino Oviedo -si bien no es a�n definitiva- aumenta moderadamente las posibilidades de la candidatura de "Yoyito" Franco del PLRA, ante una eventual fractura del oficialista Partido Colorado, que no ha perdido una elecci�n presidencial en m�s de 50 a�os.
Otro pa�s que inicia un a�o turbulento es Bolivia. El presidente S�nchez de Lozada asumi� en medio de una situaci�n de fr�gil gobernabilidad y creciente convulsi�n social, que llega a su pico m�ximo en la reciente masacre de La Paz. El ascenso pol�tico de los l�deres radicales Evo Morales y Felipe Quispe, quienes encabezan movimientos campesinos, ind�genas y cocaleros, se est� haciendo sentir en una f�rrea oposici�n al gobierno expresada no s�lo en el �mbito institucional sino tambi�n en las calles, amenazando seriamente la estabilidad pol�tica.
Para Argentina, el 2003 puede marcar el inicio de la salida de la peor crisis de su historia, o bien una nueva reca�da. La elecci�n presidencial, prevista para fines de abril, tendr� lugar en un a�o de renovaci�n en el que pr�cticamente todos los cargos electivos ser�n sometidos a las urnas. El pa�s se encuentra sumido en una gran incertidumbre, mientras las encuestas prev�n muchos candidatos con pocos votos y dispares recetas para salir de la crisis. La irracional disputa interna del peronismo que enfrenta a Duhalde con Menem no solo no contribuye en nada a la gobernabilidad, sino peor aun, afecta negativamente la de por s� deteriorada imagen internacional del pa�s.
Pero es lo que ocurra en Brasil, dado su peso regional, la clave para la regi�n en el 2003. El principal desaf�o que enfrenta "Lula" Da Silva, es evitar una crisis de la deuda p�blica que se cierne sobre las finanzas. "Lula" deber� asimismo obtener el apoyo financiero para su lucha contra el hambre, eje central de su gesti�n, y concretar las alianzas que le aseguren la gobernabilidad y viabilidad pol�tica de su gobierno. En pol�tica exterior est� por verse si la activa agenda diplom�tica desplegada por "Lula" desde el inicio de su mandato se concreta en un liderazgo regional o se diluye.
Resumiendo, entre las principales tendencias que estar�n presentes en el �mbito regional durante el 2003 cabe mencionar: (1) un aceptable grado de apoyo a la democracia y a la econom�a de mercado -respecto de las cuales no hay alternativa a la fecha- combinado con bajos niveles de satisfacci�n con el funcionamiento de las mismas; (2) fatiga con las reformas econ�micas y p�rdida de apoyo a las privatizaciones; (3) crisis de gobernabilidad en un n�mero importante de pa�ses; (4) moderado nivel de crecimiento econ�mico como promedio regional en el mejor de los escenarios; (5) acuerdo creciente acerca de la necesidad de contar con un plan continental de lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad social, verdaderas bombas de tiempo de las fr�giles democracias regionales; (6) avance en la negociaci�n del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroam�rica e intento de enfriamiento de los plazos del ALCA de parte de Brasil; (7) incremento de la etnopol�tica en pa�ses como Ecuador y Bolivia; y (8) aumento del populismo en algunos pa�ses mientras que en otros veremos un giro moderado y pragm�tico al centro-izquierda, resultado de una combinaci�n entre estabilidad macroecon�mica, disciplina fiscal y fuerte �nfasis en lo social. En conclusi�n, �ste es un a�o plagado de incertidumbres m�s que de certezas, pero durante el cual tambi�n existen oportunidades, que si son bien aprovechadas, podr�an constituir el inicio de una etapa de crecimiento y recuperaci�n.
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